...

Como empezar, no lo sé. Un 17 de Octubre te me ibas, un 17 de Octubre me quedé vacía. Te extraño, te extraño mucho abuela. Extraño que confíes más en mí que yo misma, que aunque haga todo mal vos sigas confiando y sabiendo que todo pasaba, extraño que me defiendas de todo, extraño tu amor por Uruguay,extraño tu voz y tus abrasos, extraño a esa gatulis de pelo blanco que me alegraba la vida cada vez que la veía, la gatulis que estuvo siempre, que me cuidó, que se bancó cargarme desde el colegio hasta casa a la upa, la que se bancaba llevarme a la plaza y comprarme golosinas, la que se enojaba con las novelas y showmach. La que hacía peluches intentos de perros o osos, la que hacía cuadros excepcionales, la que daba todo por sus nietos.
Te me fuiste sin darme cuenta, ya hace 3 años y todavía me parece ayer cuando te veía todos los Sábados que llegabas cansada de la feria con tu carrito con los aros, cuadros y demás cosas que hacías, pero sin embargo tenías tiempo para nosotros. Siempre estuviste, siempre y se que en algún lado estarás ahí mirándonos y recordándonos como nosotros te recordamos a vos.
Me acuerdo como si fuera ayer cuando te hacía trampa jugando a las cartas, o cuando con Flor pensábamos que eras de la época de la Revolución de Mayo. Cuando te hacíamos las uñas y te poníamos cremas en la cara para las arrugas que por cierto seguían, pero te caracterizaban. O cuando ibas a los actos y aplaudías como loca, como si fuéramos los mejores, y sí para vos lo eramos. Fuiste y sos junto con Leli las mejores abuelas que me pudieron haber tocado, las mejores. Y las mejores personas que pude haber conocido, no creo que encuentre en ninguna parte del mundo personas como vos.
Ya pasaron varios años y no puedo decir que sigo recordando tu tono de voz o la calidez de tus abrasos o tu cara, ya no la recuerdo claramente. Pero si recuerdo todo lo que viví con vos y todo lo que aprendí.
Cuando te fuiste sentía que me moría, no había consuelo para nadie. Se me iba una de las mejores personas, la que luchó contra viento y marea por sus hijos y luego sus nietos, la que nunca se cansaba con su alma de guerrera de trabajar, la que tenía el corazón más bondadoso que conocí, la mejor. A veces te necesito tanto, necesito a la abuela loca que confiaba ciegamente en mí, necesito esa confianza, esa calidez tuya. No la voy a volver a encontrar en nadie tu confianza, que me hacía tener ganas de continuar...
Me encantaría poder contarte y que me vieras bailar, pero sé que vas a estar ese día ahí conmigo, losé. Necesito contarte todo lo que me pasa, mis experiencias pasadas, mis chismes, mis aprendizajes y sueños. Tu partida fue un click en mí, empecé a mirar la vida de otra forma, aprendí que nada dura para siempre y que no eras de la época de la Revolución de Mayo, aprendí que hay que disfrutar cada momento y que los abuelos son así, geniales que no va haber un sentimiento igual. Por eso cada vez que veo a alguien con sus abuelas, les digo disfrútenlas  a veces son un poco hinchas pero no va haber persona en el mundo que nos quiera como ellas, disfrútenlas hasta las cosas que no les gusten de ellas, son humanos al igual que nosotros diganle te quiero.
Yo a veces me arrepiento de no haber sido la mejor nieta quizás o de no haberte demostrado tanto afecto, pero lo que te amo es impresionante, se me es inevitable no llorar, no extrañarte. Porque no son lágrimas de angustia son de necesitarte. Necesito un último abrazo, unas últimas palabras, se que nos vamos a volver a encontrar, pero te necesito. Te necesito para escucharte, para mirar novelas, para contarte todo lo que me pasa, mis angustias y mis miedos, necesito tus mates dulces, necesito ayudarte con los collares y cuidarte.
Cuando te dediqué la vela de mis 15 se me cerró el pecho, no podía no llorar, te extrañaba más que nunca. El sueño de toda mujer es esa fiesta, y más tenerte a vos, pero no se pudo, no estabas físicamente pero sí estabas, estabas en mí, en mi corazón, en cada recuerdo que tenemos y que siempre va estar, nadie me lo va a poder sacar nunca.
Pero tengo mucha paz, se que me pude despedir de vos, diciéndote: tranquila, todo va estar bien, te quiero y abrazarte, quizás sentía que era la última vez, te sentía. Sentía cada respiro, sentía tu desesperación. Confío en la vida, se que nos vamos a volver a encontrar, ¡no es un adiós sino que un hasta luego mi gatulis! te amo infinitamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario