La felicidad que siento en este momento es inmensa, hoy pero hace un año atrás conocía a mi hermano. Con quien no pude compartir estos casi 16 años de vida que llevo, pero con el que se que compartiré todos los que me quedan. Aquel que llegó sorpresivamente, un 13 de Agosto dos días antes de mi cumpleaños número 15, sí los anciosos 15. Aquel que ya es un hombre y ¡qué igualito a papá es!, aquel que a pesar de la distancia se que no va ser impedimento para construir una familia con él, compartir todo, porque a pesar de haberlo conocido y de todo lo que pudo haber ocurrido en un pasado, hoy es tan presente como todo. Y no es nada más ni nada menos que mi hermano, si mi segundo hermano hombre. Es una historia complicada, como todo, cada familia es un mundo ¿no?. 
Todo esto sucedió cuando más yo buscaba un cambio, pero un cambio profundo esos que te hacen mirar la vida de otra forma. Y dicho y echo, sucedió no más. Ese aprendizaje me hizo darme cuenta que la familia es realmente lo que te acompaña siempre, no hay peleas o sí mejor dicho pero no hay peleas que no se solucionen, no se deja de sentir en ningún momento el sentimiento de amor hacia ellos, están firmemente siempre ante nosotros y nosotros ante ellos por más que no nos hablemos todos los días, eso es lo que vale la familia.
Todos venimos de diferentes familias, cada uno de ustedes, todos tenemos diferentes historias, relatos y recuerdos. Algunas personas son más unidas con ellos, otras no tanto y otras quizás nada. Pero todos tenemos una familia, ya sea de sangre de corazón o los amigos que son también una gran familia que elegimos con el tiempo. Y la gran mayoría en la adolescencia no valora el significado este, prefiere hacer la suya y no darles importancia, no valoramos en muchos casos. Sin darnos cuenta que la familia es nuestro sostén, es por lo cual estamos echos y los que nos motivan a seguir. 
Con ellos compartimos desde que nacimos, hasta que dejamos esta existencia. Compartimos todo, desde los recuerdos de nuestros primeros pasitos hasta los recuerdos más insólitos. Con ellos crecemos y aprendemos, aprendemos con y de ellos, de sus experiencias transmitidas. 
Algunas personas les tocó vivir no una familia unida quizás, pero la familia la forma uno, con las personas que quiere, no solo los de sangre, ¿saben?, la familia es quien nos acompaña y inspira a crecer y ser mejores personas siempre. Siempre se puede mejorar, en todos los aspectos...
Una vez me dijeron, uno tiene que escuchar las experiencias de los adultos, porque por ejemplo uno sabe que el fuego si ponemos nuestra mano, nos va a quemar. No por experiencia propia, sino porque lo sabemos, porque alguien nos lo trasmitió  y nos dijo que era así. Como este, hay infinitos de ejemplos... pero lo que importa es que debemos elegir aprender y escuchar, sobre todo escuchar o mejor dicho atender.  Se que debemos tener nuestras propias experiencias, pero también podemos ver lo que les pasó a otra persona y nos lo quiere compartir, porque siempre todo ayuda, todo sirve. 
¡ Escuchemos, aconsejemos y valoremos a quienes nos rodean ! :)

by:cami.

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