Una vez Camila soñó, otras veces Camila no tanto. Pero Camila piensa, Camila ríe, Camila entiende, Camila ama. Se pone a pensar todos los momentos que pasó con esa persona, se pone a leer conversaciones, a mirar fotos, a buscar en lo más profundo de su ser ese sentimiento al fin encontrado en ella.
Mientras mira esos recuerdos, Camila ríe, sí se ríe de ella misma y de lo que pasó. Se ríe de que por fin pudo vencer muchos de sus miedos, que pudo animarse por más que el resultado no haya sido como el que ella esperaba, pero se animó ¡al fin!, Camila sigue soñando en que va encontrarse, va encontrar todas esas fotos en su corazón y que en algún momento de su vida, se van a volver a encontrar.
Ella a pesar de todo, sigue sonriendo, sigue mirando como el tiempo pasa y cada vez disfruta más, como cae y se levanta, y como quiere vivir su vida, se da cuenta o mejor dicho abre los ojos.
Pero Camila tiene defectos, Camila se ilusiona, Camila intenta sacarse de la cabeza a alguien que no puede salir de su corazón por más de que lo intentó millones de veces. Pues el simple hecho de verlo todos los días y de tener amigos en común en gran medida hace que vuelva a mirarlo y a sentirlo.
 Sigue pensando que es todo como antes, que es aquella niña revoltosa que se tira al piso a patalear cuando algo no le sale. Que si todo no es como ella quiere, hace pucherito y se va a su cuarto a llorar. Simplemente Camila quiere volver hacer feliz con esa persona, se reúsa a olvidar aquellas tardes juntos, aquellos besos tan tan a él que la hicieron sentir que volaba. Se reúsa a dejar atrás a esa persona que le hizo ver las estrellas con tan solo una mirada, a dejar atrás aquellas frases que juntos decían y que solo con él va a decir,  esos abrazos que sentía que no existían más que ellos dos, a esas mentiras que decía para solamente verlo, a llorar por amor, a dejarlo ir. Ya no quiere dejarlo ir devuelta, no quiere. Es como cuando a un niño no le compran el juguete que él quiere, que empieza a gritar y a llorar como si después de eso no existiera más nada. Que solamente eso le va hacer bien, pero Camila está confundida, no entiende que la vida sigue, que nadie es irremplazable en la vida de nadie, que si se fue por algo es y que si vuelve está en ella volver o no, en volver a darle otra oportunidad de las tantas que le dio y no supo aprovechar. Pero ve todo esto y se ríe, porque sabe que a pesar de lo que pueda pasar en su futuro, disfrutó cada momento juntos, se arriesgó por amor y no le importó si a los demás le gustaba o no para ella, fue feliz, es feliz.  Pero no comprende como la pudo desilusionar, ella creyó que todo era diferente que él era diferente, que no era como todos los demás que ella conocía a esta edad y como eran con ella.
Hoy ella, puede mirar el sol, puede salir a decir sí, soy feliz y bailar bajo la lluvia si la hay. Se queda con los mejores recuerdos y con los malos, simplemente pone borrar en su cabeza y continuar, prefiere dejarlos atrás como una anécdota más de su vida que le sirvió para crecer. Porque se da cuenta que no es más una niña, que creció. Que estas cosas en su vida van a pasar, pero sigue escuchando su voz, sigue pensando en él, sigue esperándolo.
Camila tuvo su primer amor, Camila aprendió a querer y a quererse gracias a él. Camila le agradece tantas experiencias, tantos aprendizajes que solamente él le enseñó.
Se le ponen los ojos llorosos de saber que quizás esos momentos juntos de la mano ya no van a estar, que esas mordidas de labios y esas risas en medio del beso ya ocurrieron, eso le duele y le hace querer volver. Porque por más que diga lo que diga, y las personas que pueden llegar a pasar por su vida, los besos que le van a dar y los abrazos que van a surgir no van hacer igual porque no van hacer de él, ya nada es igual para ella. Camila se pone a leer esas conversaciones, esos mensajes en los cuales decían cuanto amor había entre ambos, esos te quiero que le alegraban la vida, esos mensajes de sorpresa que tanto a él le gustaban, esas risas por lo que decían, las veces que se copiaban uno del otro, esos coqueteos en medio de una conversación seria, esas peleítas que a las horas ya estaban devuelta juntos, las veces que él le cantaba canciones infantiles y se ponía colorado, Camila buscó en su alma todos esos recuerdos. Sabe que tiene que dejarlo ir, sabe que fue precioso lo que vivió y que todo aquello quedará en su corazón nada más que en ella y en él. Pero piensa que nunca va encontrar una persona como lo era él, que nunca más volverá a sentir eso por nadie más y se equivoca, lo sabe pero hace de cuenta de que no, porque en la vida de cada uno siempre va haber un gran amor pero va haber muchos más también, sabe que tiene que estar predispuesta para todo, pero no quiere, no quiere a nadie más que a él y a sus besos. Tiene miedo, mucho miedo aunque su propia voz le dice Tranquila Camila todo va estar bien, no comprende, no comprende cómo pasó todo tan rápido y ahora es un adiós. Tiene miedo de volver a sentir y volver a salir lastimada, de comenzar devuelta. Pero no tiene que tener miedo le dicen, porque es parte de la vida y lo analiza y al fin lo entiende. Y entiende que es SU adolescencia y que nada ni nadie la va arruinar como no van arruinar su vida, entiende que a esta edad la mayor parte quiere joda y no valora los sentimientos de los demás, y que nadie quiere nada serio. Por esa misma razón va empezar a salir, a conocer, a permitirse nuevos rumbos y a tratar de no aferrarse a nadie.
Camila está decidida a seguir por sí misma, por sus sueños y su gente. Camila quiere reír hasta llorar y llorar hasta reír. Camila quiere vivir, vuelve a vivir.
by: Camila.

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