Viendo por la ventana la gente corriendo de un lado a otro, el sonido de las bocinas, el sol que de a poco desaparece para darle lugar a la luna, esa hermosa luna que nos alumbra todos los días. Esa misma luna que está en todos lados, donde quiera que vayamos nos acompaña, nos hace ver que nunca estamos solos.  Nos hace inspirarnos, nos hace ver que todos somos iguales, todos fuimos hechos por la misma mano. Transcurren los días en esta maravillosa ciudad, parece que todos tienen la misma rutina, me siento en una silla mientras miro a la ventana, veo gente corriendo de un lado a otro, el sonido de las bocinas, el sol que de a poco desaparece para darle lugar a la luna, así día a día. 
Me da una sensación extraña, una mezcla de terror y de pena, ver que toda esa gente todos los días hace esa misma rutina, todos los días de su vida. Parecen que no disfrutan, y sí una rutina te tiene atado, atado a eso, hacer todos los días lo mismo, un poco aburrido pero bueno parece que está de moda y que es así como se vive acá. 
Observo a toda esas personas, que luchan por salir de donde están, luchan por un futuro mejor pero no disfrutan, en esas caras se distingue fácilmente. No disfrutan de la vida misma, la tristeza se vuelve rutinaria para ellos y es normal. 
Es increíble como la tristeza, los problemas, las adicciones se vuelven rutinarias en la vida, pero no no hay que esperar a que eso suceda, hay que salir y ver, respirar, darnos tiempo para nosotros mismos, hacer lo que nos gusta hacer, no sabemos si el dia de mañana vamos a estar, (todo sucede en un segundo). Aprovechar cada momento y hacerlo único, que cuando pasa es solo un recuerdo queda en uno que sea perfecto o no :)

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